Este tipo de filtros compuestos por capas de diferentes materiales garantizan un alto poder de retención de diferentes partículas en suspensión, así como la eliminación de otras impurezas.
El agua puede contener una importante cantidad de partículas en suspensión, sea porque procede de un pozo, manantial, captación superficial etc. o porque la red de distribución acumula un número mayor de partículas en suspensión. En estas situaciones es adecuado el uso de filtros del lecho adecuado para la eliminación de sólidos en suspensión, hierro, materia orgánica o cloro.
Capa a capa
Los filtros multiestrato son filtros con diferentes capas de lecho, para una mejor filtración:
- Antracita: por su menor densidad se sitúa siempre en la parte superior del filtro. Asimismo, es también el de mayor granulometría, con lo cual realiza la filtración de las partículas de mayor tamaño presentes en el agua. La antracita, al tratarse de un carbón, tiene unas propiedades de adsorción/desorción superficial que realizan un efecto catalítico. Las partículas más pequeñas se adsorben en la antracita, se unen entre sí (coagulación) y luego se desorben como una partícula mayor, que queda posteriormente retenida. Las partículas que no son retenidas por la capa de antracita llegan a una capa más fina de sílex donde son filtradas.
- Sílex: es una filtración en superficie, donde se retienen las partículas en suspensión generalmente de pequeño tamaño, tales como limos, arcillas, barros, etc. La parte que realiza el proceso real de filtración es únicamente la parte superior de la arena de menor granulometría; el resto de la masa actúa solamente como soporte.
- Granate: es un medio filtrante granular, de color rojo oscuro, de gran dureza, durabilidad y densidad, que le convierten en un medio de filtración ideal. Se utiliza normalmente como la filtración más fina de un sistema de filtración multiestrato como capa final.
Aunque es muy complicado establecer un tamaño de partícula retenida para este tipo de filtros en profundidad, generalmente se acepta que el tamaño de poro equivalente se sitúa alrededor de las 5 – 10 μm.
Periódicamente o cuando el filtro está colmatado se debe realizar un lavado a contracorriente para eliminar las partículas retenidas. Este proceso puede ser manual o automático, mediante una válvula temporizada o por presión diferencial.
Otros filtros de lecho: los diferentes tipos de carga de estos filtros determinan sus características y la sustancia retenida. Entre ellos destacamos el carbón activo y la pirolusita:
- Carbón activo: El carbón activado rompe la molécula de cloro y la convierte en iones de cloruro que son muy inertes e innocuos. Por eso el carbón activo puede durar muchos años ya que no se satura por su uso como declorador en agua limpia, aunque la materia orgánica presente sí lo agota.
Además, puede adsorber otros compuestos orgánicos y separarlos del agua. Se emplea también para la eliminación, además del cloro, compuestos orgánicos halogenados, VOCs, pesticidas, plaguicidas o materia orgánica.
- Pirolusita: es un compuesto de dióxido de manganeso que, en presencia de oxígeno disuelto, ejerce una fuerte acción oxidante sobre el Fe y Mn que pasan a una forma insoluble y precipitan, quedando retenidos en el lecho filtrante. Posteriormente se eliminan en el contralavado. El lecho filtrante no se consume durante el proceso, por lo que el tiempo de vida útil es muy alto, limitado únicamente por las pérdidas que se producen durante los lavados.